Una noche especial - Melmac FC

Sorpresa y alegría invadieron mi ser al enterarme que el club me regalaba un espacio para que cuente lo que quisiera, libertad plena. Sentí ese cosquilleo en la panza de los nervios, esa linda sensación al asumir una responsabilidad, un nuevo desafío, ese hormigueo que genera la expectativa, hacer un mimo desde el corazón donde quien lo recibe te mira sonriente, aguantando el lagrimón e insultándote con amor te agradece con el alma.

Esa misma noche, fría, húmeda, brumosa, empecé a pensar cómo podía encarar esta redacción. ¿Cuento qué es Melmac? No, en las redes sociales cada uno puede enterarse, mismo en la página web hay una excelente cronología. ¿Hablo de mis inicios en el club?, ¿cómo llegué? Mmm, no me convence mucho.

Sin muchas ideas claras, traté de descansar ya que me esperaba un intenso día de oficina y el posterior entrenamiento de fútbol, cuando de pronto se me vinieron a la mente recuerdos de la prueba de jugadores de hace 4 años en la que fui parte y logré ingresar al club y del gol de Lea, que consagró el ascenso de Melmac A a la máxima división de la competencia, dando por resultado que la garganta se me anude de la emoción.

1:12 de la mañana marcaba el reloj del celular. Ignorando los sentimientos que me avasallaron, traté de retomar el sueño cuando imágenes de los dificilísimos partidos que supimos sacar adelante este semestre para lograr el ascenso de Melmac B a la tan ansiada C de Aifa me indicaron que esta noche era distinta. Mi cuerpo me pedía a gritos que me quedase en la cama pero mi corazón exigía que haga algo al respecto de lo que me sucedía, de las ganas de volcar en palabras lo que esta hermosa institución provoca en mí y en los que me rodean.

Sentí que era el momento indicado. Siendo la 1:54 me levanté, me preparé un café y con los ojos llorosos comencé a tipear mi humilde aporte al club desde lo más profundo, rindiéndome ante los sentimientos, sin pensar demasiado, porque es muy difícil poner en palabras lo que genera Melmac, siendo el fútbol un medio, la puerta de entrada a un espacio maravilloso.

Es frecuente escuchar que un partido de fútbol no es la vida, la frase da un giro si uno piensa que el fútbol no son sólo esos 90 minutos. Es mucho más. Melmac es mucho más. Son los entrenamientos después del trabajo, facultad y, muchas veces, ambas. Son las charlas de la vida con tus compañeros, de tus sueños y preocupaciones. Es el vestuario lleno de música, mates y risas. Es sentir como propio cada esfuerzo que hace el compañero dentro y fuera de la cancha por el club. Es aquella satisfacción que te genera el esfuerzo grupal en pos de un objetivo en común, que sobrepasa las aspiraciones individuales, el equipo está primero, el escudo es la prioridad, y ver reflejado el pequeño aporte de cada uno en el plano general es una gratificación inmensa. Es el ritual de cada fin de semana, los preparativos, la logística que lleva muchas veces ir a las distintas canchas. Es el espacio donde comulgan los amigos y familia en una linda tarde, siendo el disfrute total.

Es un estilo de vida. Uno respira fútbol, vive Melmac. Todos somos en Melmac como somos en la vida y somos en la vida como somos en Melmac, compartiendo los valores de la institución y actuando en consecuencia. Quienes nos rodean habla de quienes somos y es importante darse cuenta del gran espacio deportivo y social que tenemos a fin de seguir creciendo, porque Melmac crece día a día gracias a todos.

No tengo más que palabras de agradecimiento para Melmac, gracias a la comisión directiva por la seriedad, compromiso y dedicación con que afrontan este proyecto, sin ustedes, nada de esto sería posible.

Agradezco a mis compañeros, quienes todas las semanas, con la excusa de jugar al fútbol, compartimos un espacio donde nos divertimos, competimos y pasamos gran parte de nuestros días.

También agradezco a los seres queridos, la familia, los amigos, ese círculo de contención, bastiones, pilares fundamentales para que podamos defender estos colores, son quienes sufren cuando perdemos y quienes más se alegran cuando conseguimos un buen resultado, quienes nos soportan cuando estamos de mal humor o doloridos después de algún partido o entrenamiento, quienes ven que no es solo un partidito de fútbol con amigos, porque todos jugamos al fútbol con amigos en incontables ocasiones, pero Melmac es distinto, se siente diferente, único, es algo más, y quienes nos rodean lo aprecian, es algo que se transmite con la mirada, con una sonrisa, con un abrazo.

Y por último, te agradezco amigo lector, por haberte tomado un tiempito en leer esta sencilla carta de un socio a su club y te invito a formar parte de esta hermosa locura llamada Melmac, donde las puertas siempre están abiertas y serás bienvenido, siendo la mejor manera de comprender las sensaciones que origina.

En fin, muchas gracias Melmac por esta oportunidad de expresarte lo que siento, una noche mágica tricolor, en la cual, siendo las 4:29, vuelvo a la cama junto a mi hijo, que con 33 semanas dentro de la pancita de mamá, siente mi mano, siente fluir las emociones florecidas y con una fuerte patadita me responde, me apoya, sabe que por estos tiempos papá tiene muchos miedos e inquietudes pero también percibe la felicidad y orgullo de pertenecer al club mas lindo del mundo.

Nota: Nicolás Fiocca